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CRUCE-~1

Un escritor imagina historias para sus personajes y las decisiones que tome formarán parte de la trama de su libro.

Los personajes tomarán uno u otro camino, según el escritor dibuje sus vidas para que los lectores sigan sus palabras, dejándose llevar por caminos imaginarios.

Escribir una novela es como ser el director de una orquesta en la que tus personajes son y hacen lo que tú quieres.

La imaginación del escritor es la fuente de la vida de sus personajes y de lo que en sus vidas suceda. El creador de estas vidas ficticias que harán volar a sus lectores, es el arma que le permitirá, no sólo crear un libro, sino otros muchos. Los libros vistos como vidas, ofrecen la posibilidad al que escribe, de vivir otras posibles vidas.

Los escritores son almas románticas a las que les gusta soñar y, en muchas ocasiones, se dejan llevar por sus personajes y viven la vida de éstos como si fuera la suya propia. Esto es posible en la ficción.

Y este planteamiento me lleva a una cuestión que seguro, tanto tú como yo, nos hemos planteado en muchas ocasiones y que, en muchas ocasiones quizá nos asalte en el momento menos adecuado.

¿Y si hubiésemos tomado otras decisiones en nuestra vida? ¿Cómo sería ésta? ¿Dónde estaríamos? ¿Hubiéramos estudiado la misma carrera? ¿Viviríamos en el mismo sitio? ¿Conoceríamos a otras personas? ¿Seríamos más felices o más desgraciados?

Las decisiones van conduciendo nuestra vida hasta la que tenemos en el presente.

El propio Miguel de Unamuno ya  se planteaba este asunto: “Siempre me ha preocupado el problema de lo que llamaría mis yos ex futuros, lo que pude haber sido y dejé de ser, las posibilidades que he ido dejando en el camino de mi vida. Sobre ello he de escribir un ensayo, acaso un libro. Es el fondo del problema el libre albedrío. Proponerse un hombre el asunto de qué es lo que hubiese sido de él si en tal momento de su pasado hubiera tomado otra determinación de la que tomó, es cosa de locos. Tiemblo de tener que ponerme a pensar en el que pude haber sido, en el ex futuro llamado Unamuno, que dejé hace años desamparado y solo…”

Conformarse con una vida y con las decisiones que tomaste en momentos en los que, muy probablemente, desconocías posibilidades que ahora conoces, produce una sensación de pánico, vacío y curiosidad.

Ahora, que eres más consciente de quién eres, de lo que quieres o de lo que eres capaz de hacer, ¿tienes que conformarte con lo que tienes porque las decisiones que tomaste, en su momento te parecieron apropiadas?

¿Te gustaría poder escribir distintos libros con distintas tramas con distintos personajes, escenarios y vivir tus otros yos?

Como dice Unamuno “Tiemblo de pensar en lo que pude haber sido”.