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Son muchas las personas que se apuntan a cursos, seminarios o talleres para aprender a escribir y que se arrepienten de haberlo hecho.

La práctica, la disciplina y la pasión te llevarán a tu meta.

Si quieres ser escritor escribe, hazlo todos los días, aunque no publiques.

Tampoco pongas excusas para no leer a diario.

Todas las recomendaciones para escribir que se dan en los talleres de escritura, me parecen bien para quien quiera perder tiempo en no escribir.

Los escritores buenos escribían a diario sin excusas, con problemas, con falta de medios y de dinero.

Sé que lo ideal es alquilarse una cabañita cerca del mar o la montaña para crear tu propio espacio y dedicarte a escribir. Pero, a no ser que quieras crear una imagen de lo que aún no eres, además gastar todos tus ahorros, lo normal es que escribas rodeado de un montón de cosas que te molestan y que no puedas evitar perder la concentración a causa de problemas no resueltos.

La base de ser bueno en lo que haces, suele ser el trabajo y la constancia.

Estaréis pensando ahora en toda esa gente a la que le publican libros, sean buenos o malos. Esa gente vende, pero no porque escriba bien, ni escriben, sólo encargan el libro y luego lo firman. No me refiero a ellos, porque a mi juicio, no son dignos de un oficio como el de escritor.

Sin embargo, sí sé que existe mucha gente en la sombra de una habitación vacía, peleándose con letras, hojas y problemas, como en su época hicieron Stephen King o J.K. Rowling, Stieg Larsson  y otros muchos, que sí trabajaron mucho para convertirse en lo que hoy son.

Esta entrada va dedicada a la gente que lucha a diario y paso a paso por salir de esas tinieblas y tener el éxito que, con toda probabilidad, se merecen.

No estáis solos, aunque lo parezca y, quiero pensar, que yo tampoco.