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Existen días en los que la nada se convierte en lo que temías.
Hoy es lunes, jueves y sábado.
La nada está aquí conmigo.
Se sienta justo a mi lado.
No puedo escribir con ella aquí.
Deseo que la realidad resbale entre mis dedos.
Y que todo se vuelva otra vez ficción para poder rozar las teclas sin tener que pensar.
Pero, nada, no puedo.
No hay correos en la bandeja de entrada.
El móvil permanece inmóvil, se lo ha tragado la nada.
El cartero tampoco trae nada.
Escribir es barato.
Una nebulosa envuelve la habitación, total para nada.
Porque no hay nada que contar pues ella permanece aquí.
Y sigue aquí, sin querer moverse.
Acaricio ideas que, en realidad, no son nada importantes.
Puedo escribir sobre nada.
Nadie se daría cuenta.
Podría no contar nada.
Recuerdo que un día vino algo y se sentó a mi lado.
Ese día pude escribir.
Sin embargo, hoy no escribo simplemente nada.
No sé si has leído algo de Emil Cioran, un asombroso escritor rumano que casi siempre escribía en francés. Sé de pocos que se refirieran con tanta frecuencia a la nada, y podría dejar en tu blog varios pensamientos con la nada como tema o motivo, pero me decanto por este: «Arrancaré una nada embriagadora de todas las floraciones y me haré con las corolas de los campos un lecho donde dormir. Y ya no huiré a las estrellas ni me refugiaré en lejanías lunares». Ni imaginas la cantidad de energía que era capaz de sacar Cioran de todas las nadas que lo envolvieron durante toda su vida como si fueran su propia piel.
Sí, he leído a Cioran, un gran filósofo rumano que vivió en Berlín y que se decantaba por ver la vida de una forma bastante pesimista, muy propio de muchos filósofos.
Ahora que lo mencionas, recuerdo haberlo leído hace años, y curiosamente, la primera vez que estuve en Berlín celebrando allí mi veinticinco cumpleaños.
Gracias por apropiada cita y por tu comentario. Hoy la nada se ha marchado de mi lado 🙂
Un beso,
Livia
Si crees que no tienes nada mírate en el espejo y verás lo equivocada que estás.
🙂
Beso
Gracias, Fer, como siempre, me has dibujado una sonrisa en la cara.
Besos,
Livia