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Antes de acabar este año, uno de los más difíciles de mi vida, en los que me he agarrado al sentido de humor como única arma para defenderme de imponderables, no quiero dejar de escribiros que ha sido:
Un año con el que podría llenar, fácilmente, las páginas de un libro en el que se mezclarían mucho tipo de géneros, pero que no creo que dejara indiferente al lector.
Un año en el que he descubierto con quién se puede contar y con quién no.
Un año en el que las montañas se hacían cada día más grandes y en el que, a causa de los continuos sustos, no sabía si iba a amanecer con pelos en la cabeza o si se me habrían caído todos.
Ahora, en estos últimos momentos del año, miro hacia atrás y me pregunto cómo he podido ascender una montaña con tantos picos y sólo puedo contar las horas para que empiece el otro, con la esperanza de que sea mejor.
Gracias a todos los que habéis estado ahí y a todos los que me alegráis el día con vuestras entradas.
Espero seguir compartiendo muchos momentos con vosotros.
Feliz Año 2017 a todos.
Livia
Como dijo quien tú bien sabes que dijo -y osó usar Letizia en el monasterio San Millán de la Cogolla, hace no más de medio año, y a saber qué entendió sobre el asunto la buena mujer-, «El humor tiene la elegancia de no gritar nunca, y también la de no prorrumpir en ayes. Pone siempre un velo ante el dolor: miráis sus ojos y están húmedos, pero, mientras, sonríen sus labios. En el fondo, no hay nada más serio que el humor, porque puede decirse de él que está ya de vuelta de la violencia o de la tristeza, y hasta tal punto es esto verdad, que si bien se necesita para producirlo un temperamento especial, este temperamento no fructifica en la mayoría de los casos hasta que le ayudan una experiencia y una madurez.» Felicidades por el temperamento, por la experiencia y por la madurez. Por muchos años no diré porque entonces te haría, no sé bien si una redicha o una dos veces dicha por mí. ¿O tal vez dichosa? Hmmm… ¡Qué ganas tengo de terminar el orujito gallego que me regalaron estos días!
Como tú muy bien dices, Letizia es toda una osada al «copiar», parte de tu tesis sobre ese gran escritor y humorista gallego.
Gracias por tus felicitaciones, gracias por tu apoyo durante este año, gracias por estar ahí y por ser siempre una de las seguidoras de mi blog que más me entiende, por tu sentido del humor, tu inteligencia y, todo hay que decirlo, cierta ventaja sobre los demás 🙂
Espero que disfrutes de ese orujo y… ¡Vivan las meigas!
Un beso muy fuerte,
Livia
Ya es un poquito tarde, pero Feliz Año Livia. ¡Que sigamos leyéndonos mutuamente! 😉
Un abrazo!
No te preocupes, yo también llego tarde, Andrea pero Feliz Año también para ti. Te «veo» por aquí 🙂
¡Otro abrazo!
El camino escarpado es árido y desalienta, pero por instinto de supervivencia seguimos escalando. Muchas veces estamos tan afanados en subir la cuesta que tenemos por delante, que ni nos damos cuenta de los tremendos peligros que hemos dejado atrás.
No lo podría haber expresado mejor, Fabio.
Y añadiría que, cuando miramos «los tremendos peligros que hemos dejado atrás», el miedo es peor que mientras «subimos la cuesta».
Gracias por tu comentario.
Un saludo,
Livia