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Antes de acabar este año, uno de los más difíciles de mi vida, en los que me he agarrado al sentido de humor como única arma para defenderme de imponderables, no quiero dejar de escribiros que ha sido:

Un año con el que podría llenar, fácilmente, las páginas de un libro en el que se mezclarían mucho tipo de géneros, pero que no creo que dejara indiferente al lector.

Un año en el que he descubierto con quién se puede contar y con quién no.

Un año en el que las montañas se hacían cada día más grandes y en el que, a causa de los continuos sustos, no sabía si iba a amanecer con pelos en la cabeza o si se me habrían caído todos.

Ahora, en estos últimos momentos del año, miro hacia atrás y me pregunto cómo he podido ascender una montaña con tantos picos y sólo puedo contar las horas para que empiece el otro, con la esperanza de que sea mejor.

Gracias a todos los que habéis estado ahí y a todos los que me alegráis el día con vuestras entradas.

Espero seguir compartiendo muchos momentos con vosotros.

Feliz Año 2017 a todos.

Livia