Me llamo Livia de Andrés Seoane y nací en La Coruña.
Hace mucho tiempo que escribo. Muchos lo saben, a otros quizá les sorprenda.
He publicado diversos relatos y artículos, siempre bajo seudónimo. Nunca me ha gustado exhibir ni mi vida, ni mis fotos, ni mis fracasos o logros en Internet, pero he decidido dejar de ser una bloguera anónima para dejar que me conozcan, lo poco que se puede conocer a una persona a través de un blog.
Mi vida siempre ha discurrido en varios idiomas, en lugares diversos y con gente variopinta. Supongo que mis viajes al extranjero desde que tenía trece años han hecho mucho más que enseñarme idiomas, han abierto en mí mundos desconocidos e influido en mi manera de pensar, igual que yo, a su vez, he influido, y hasta cambiado, la vida de muchas personas.
Siempre he ido por mi cuenta, soy una persona de pensamiento liberal, crítico, no me gusta que me cataloguen y no me puedo librar de mi sentido del humor.
Nunca he sido una turista, soy una viajera y para serlo hay que tener la mente abierta a la observación y saber que escuchar, es tan importante como poder expresar tu opinión o saber callar.
La ciudad de Salamanca y su Universidad dejaron imborrables recuerdos impresos en mi memoria y en mi corazón para siempre. En mi avidez por aprender y ver más del mundo, decidí marcharme a vivir a una ciudad del norte de Alemania donde pasé un par de años. Sin embargo, recuerdo que la celebración de mi veinticinco cumpleaños en Berlin, marcó un antes y un después hasta convertirme en la persona que soy ahora. A partir de ese momento, comenzó mi carrera internacional en la que tuve la inmensa suerte de vivir y trabajar en otras ciudades europeas como, Plymouth, Hannover, Bruselas, Estrasburgo, Luxemburgo, Zúrich o Berlín, de las que guardo muchos recuerdos.
Es inherente a mi forma de ser el contacto con personas de otras culturas. Me encanta cambiar de idioma cada vez que cruzo una frontera, de hecho hablo cinco idiomas de forma fluida y en otros me entiendo. Vivir, estudiar y trabajar tanto en España, como fuera de ella, no sólo empapa mi cerebro de anécdotas y experiencias, sino que también me impulsa irremediablemente a cubrir páginas en blanco o a llenar mi cámara, siempre compañera de viaje, de fotografías nunca fieles a la realidad.
Este blog está hecho porque me divierte escribir, estará lleno de lo que soy. También será una mezcla de pensamientos, relatos reales e inventados, críticas, recuerdos, unos nítidos, otros exagerados, unos divertidos, y otros como me salgan ese día.
Espero que disfrutéis leyendo, mirando y curioseando por aquí.
Hola Livia, nuevamente te he leído y me parecido execelente tu redacción en tu último post, Queria hacerte el comentario en el post directamente pero he visto que tienes las entradas a comentarios cerradas.
Que tengas un lindo día.
Leonardo
Parece un sitio interesante para frecuentar. Espero que «interesante» sea una voz aceptable bajo la cual (¡ay de mí!) catalogarte en un principio. Saludos.
Me gusta tu modo de escribir, y me gusta tu blog, Livia. Enhorabuena por tu trabajo y mucho ánimo para seguir adelante con él. Un saludo desde Barcelona. Juan.
Hola Livia, como sabrás por los likes, leo tu blog a menudo (y creo que tu también el mio :)) Como me gusta mucho lo que escribes, quería felicitarte y como dicen por aquí, animarte a que sigas con el blog. Un abrazo!
Sí claro que veo todos tus «likes». Eres una de mi más fieles lectoras 🙂 Y te lo agradezco mucho porque me animas a seguir escribiendo. Yo también me paso por tu blog con bastante frecuencia y cada vez me gusta más cómo escribes, o sea que por favor, no dejes de hacerlo. ¡Otro abrazo!
magnífica presentación, me suscribiré para no perderme detalles
Muchas gracias Claudia. Yo también he encontrado tu blog realmente interesante. Hay un montón de cosas que leer y además creo que nos interesan temas muy parecidos. Yo también te seguiré. Un saludo, Livia.
Mujer viajera: espero que alguna vez hayas estado también en Canarias; si no es así no importa, porque lo interesante es lo que escribes.
Un abrazo de un canario desde mi Isla de Tenerife.
¡Te seguiré!
Gracias, Jesús.
Sí, he estado en las Canarias, pero sólo conozco la isla de Lanzarote. Me gustaría conocer también Tenerife, o sea, que tendré que volver.
Gracias por seguir mi blog. Yo también te seguiré.
Un saludo,
Livia
Me alegro mucho, tanto de haber encontrado alguien como tú como de haberte gustado. Tu blog es muy hermoso, tienes mucha poesía. Me has traído a la memoria a Cunqueiro, por como describes algunas cosas.
Será la tierra, que siempre tira mucho.
Me encantará seguirte.
Un placer.
Te agradezco mucho tu comentario.
Parece que ambos nos hemos descubierto a tiempo 🙂
A mí también me encanta cómo escribes. De verdad que lo disfruto.
Te visitaré con frecuencia.
Un saludo,
Livia
Hola Livia de Andrés Seoane
Yo soy Fernando Población Población. No, no es ninguna broma, es mi verdadero nombre. Mis padres que son primos y así salió el nombrecito… qué le vamos a hacer. Lo bueno de eso es que mi trastorno mental al menos tiene excusa.
Que sepas que me ha llamado mucho la atención, y tengo ganas de saber más de ti por tres motivos.
Primero por lo bien que escribes. No cansas, no rodeas, no aburres, no adornas… das pinceladas de realidad para decir las cosas tal y como son.
Segundo por el sentido del humor. No puedo estar con gente que no lo tengan. Mi abuelo siempre me dijo que el sentido del humor es síntoma de inteligencia.
Tercero… soy salmantino. Enamorado de mi ciudad, aunque ahora no la disfrute.
El tema de guapa, aunque evidente, lo dejo de lado, eso son los genes 🙂
Un beso
Fer
¡Alguien con sentido del humor! ¡Y encima salmantino!
¿Para cuando la boda? je, je… Enamorada de tu ciudad.
Gracias por los piropos, ya estoy ruborizada hasta la noche… a ver si con algo de maquillaje…
Sí, tu abuelo tenía razón. En mi familia se cultiva y se mima a diario.
«Tu trastorno mental» es encantador.
Otro beso
Livia
Uy y tengo otra arma secreta… busca la calle Fernando Población en Salamanca…
Y oye, que mi hermana se casa el sábado, si te das prisa hacemos un dos por uno!!!
Lo buscaré.
Ja, ja… cómo eres.
Pues 1,68 algo de tripita, ojos marrones, pelo rapado (porque va cayendo), 34 años, periodista, con un complejo de Peter Pan interesante… algún dato más??
😛
Vale, lo pensaré… Ahora tengo que seguir trabajando.
Salgo a las ocho por cierto 🙂
Un beso.
Hola Livia
Te agradezco que te gustara mi comentario sobre ‘Trilogía de Nueva York’. Esa gentileza me ha permitido descubrir tu blog, en el que cuentas las cosas con sencillez y personalidad. Me ha llamado la atención también que, en esta presentación tuya, distingues con nitidez entre la actitud del viajero y la del turista. Y eso es algo que muy poca gente hace, y habla muy bien de ti. Un saludo.
Muchas gracias José por tu comentario, que me demuestra que entiendes muy bien lo que escribo.
De hecho, si te interesa, hay una entrada en la que hablo sobre la diferencia que has mencionado sobre ser viajero o turista. Se llama: «Mis distintos “yos” según el idioma, un cambio sin vuelta atrás».
La verdad es que a mí también me ha gustado mucho tu blog.
Creo que nos visitaremos con frecuencia 🙂
Un saludo,
Livia.
Hola, Livia.
Gracias por pasarte por mi blog y dar a «me gusta» a un par de entradas. Debido a eso he podido descubrir el tuyo y me parece fantástico por su riqueza. Espero poder leerte a menudo a partir de ahora.
Me gusta conocer gente a la que le guste escribir. Entre mi blog, mis relatos (alguno espero publicarlo algún día) y que soy periodista, juntar letras es mi pasión.
Un abrazo. 🙂
Hola Gonzalo:
Gracias a ti también por pasarte por el mío. Creo que ambos nos leeremos, ya que a los dos nos gusta conocer gente a la que le gusta escribir.
Otro abrazo,
Livia
Qué coincidencia, Livia. Viviste en el norte de Alemania, igual que yo, con un torrente de cambios como resultado. Una experiencia liberadora de la mente y el espíritu. ¿Será por aquello de que «nadie es profeta en su propia tierra»?
Una alegría poder recorrer las páginas escritas por una persona con experiencias tan variadas y edificantes. Espero leerte con asiduidad.
Alles Gute. Aburiño. Cuidate, che.
Saludos montevideanos,
Fabio
Pues sí, toda una coincidencia, Fabio. Quizá nos cruzamos en Alemania y ahora vuelven a cruzarse nuestros caminos 🙂 Pero esta vez, si te veo, te reconoceré 🙂
Lo mismo digo respecto a tu blog. Me parece realmente interesante y pienso leerte todo lo que pueda.
Me encanta haberte encontrado.
Saludos,
Livia
Me a asombrado apreciar tantas coincidencias en nuestros rumbos vitales con la particularidad de nuestras derivas personales y me ha encantado leerte por lo que seguiré haciéndolo y disfrutándolo.
Yo aún mantengo mi pseudónimo que en los comienzos lo considere necesario para poner una pequeña cortina de humo internetaria, cualquier día me desprendo de el como acto renovador, imitando a los reptiles que se desprende de la piel que previamente les protegía saliendo iguales pero renovados.
Me alegra y te lo agradezco, el haberte fijado en mi y que te haya gustado mi presentación, espero si lees alguno de mis escritos no defraudarte.
Abrazos desde el otro lado.
Muchas gracias, Jan, por tu estupendo y amable comentario.
A mí también me ha llamado la atención tu presentación y tu manera de escribir. Por supuesto que seguiré leyéndote.
Un saludo,
Livia
Impresionante cómo contestas a todos los comentarios, o casi todos, mostrando inequívoca buena voluntad por corresponder al interés que te prestan cuando hay tantísima oferta de cosas que ver y leer en internet y pueden tus visitantes perfectamente pasar de ti. Es de lo más curioso y paradójico, pero hoy en día así son las cosas en el mundo de los blogs: uno ha de sentirse agradecido de que hagan caso a su sitio web, precisamente porque su único cometido de entrada es ése: conseguir público, tráfico que se dice, ¿no? Es así, esto funciona así, y huelgan elucubraciones al respecto, no sirve de nada meterse en honduras porque es como las lentejas: o las comes o las dejas. Me diste un “me gusta” en el blog de Fernando Sánchez Dragó y me picó la curiosidad de ver quién era la única persona que se había dignado darme alguna señal de vida ante los aproximadamente veinte comentarios que llevo dejados en ese periódico, casi todos en artículos en los que no había nadie que hubiera comentado y en los que finalmente el único comentarista fui yo. También les envié un largo correo electrónico ofreciendo una colaboración y ni puto caso. Se trataba del clásico do ut des en que consiste el link building, una de las técnicas de promoción de tu blog, como bien sabes, si eres webmaster. Gano yo, publicitando gratis mi sitio web, etcétera, pero también ganan ellos, porque les doy contenido de calidad gratuitamente y asegurado durante todo el tiempo que sea menester. Beneficio mutuo. Es un buen invento para la autopromoción esto, ciertamente. Supongo que tendré que hacer alguna otra intentona por ahí, pero ahora haciendo de tripas corazón, porque lo cierto es que se me han quitado las ganas tras la primera hecha. Ahora que recuerdo, sí que hubo una respuesta cortita pero de burla sangrante camuflada, y muchísimo peor que el silencio por respuesta. Para responder así, más valía que hubieran mantenido cerrado el pico. No responden nunca a nadie. El de marras ya hacía eso en su blog en El Mundo, donde se ufanaba de no leer nunca los comentarios (que a mí era lo que más me solía gustar). Endiosamiento, insensibilidad, desprecio sistemático, mala educación y cobardía a espuertas (como, por otro lado, me esperaba, si he de ser sincero, porque conozco bien este percal). Hipócritas. No vuelvo por ahí ni harto de vino, vamos. Esto, por comparación, da gloria verlo. Es la primera vez que visito tu blog, huelga decirlo. Como he visto en la lista de categorías que tienes cosas de fotografía, aunque sólo sea por eso me tendré que volver a dejar caer por aquí (decir que también por volver a ver una sonrisa que yo me sé y que yo me callo sería redundante). Pensaba devolverte el “me gusta” por simple correspondencia obligada, pero ahora lo hago de corazón, a pesar de que hayas escrito en tu presentación que te gusta escribir, cosa que para mí supone una especie de maldición divina porque no gustándome, y por las paradojas de la vida, es que no veo la forma de conseguir dejar de escribir. Ahora mismo, sin ir más lejos. Así que, para hacer honor a lo recién dicho, pondré ya punto final. Un saludo y gracias por ese “like”, que es como me parece que se suele decir (se dice “dar like”, ¿no?).
Muchísimas gracias por tu extenso comentario, Marcelino.
Efectivamente, como muy bien dices, hay mucha gente que escribe, pero no contesta. Es un craso error, pero ellos no lo saben. Escribir en un blog significa también interactuar, crear un diálogo, una comunidad, alguien «al otro lado». Si no es así, la entrada o post se queda sola, vacía. Yo estoy, por desgracia, acostumbrada al egoísmo, a la cobardía, a la falta de educación, a las negativas, a las faltas de respuesta, que me reafirman en que cada vez quedamos menos.
De todas formas, comentarios como el tuyo cierran heridas, sanan, curan y devuelven la fe a unos cuantos a los nos gusta escribir, que nos escriban, que nos lean.
Desde luego a ti te encanta escribir y, por lo poco que he leído, lo haces realmente bien.
Muchas gracias de nuevo y no pierdas tu precioso tiempo en quien no lo merece. Un saludo,
Livia.
Al volver a ver mi comentario anterior me he dicho: madre mía, qué desparrame. Me suele pasar, ponerme a escribir unas cuantas líneas, poquitas, las justas, y, de que me quiero dar cuenta llevar escrito lo que no está escrito. Se me calentó la boca y aproveché la ocasión para dar un pequeño repaso a cierto personal teóricamente de lo más exquisito y excelso. Creo que tienes razón al decir que no saben que en los blogs lo correcto, o lo recomendable para su buena marcha, es, si te dejan algún comentario, responder al mismo. Practican un periodismo tradicional que no es trasladable a la red. Craso error, sí señor, ésa es la frase. César Vidal y otros que se han reciclado en internet tienen cientos de comentarios y en esos casos es materialmente imposible responder, cosa que, lógicamente, no hacen. Lo que no es de recibo es que tengas uno que te ha salvado de la tristeza dada por la sensación de falta de interés que produce no ver comentarios y que tengas los redaños de no responder. El más elemental sentido del respeto y la educación te debe obligar a tener la cortesía de responder, y no tener tiempo no es una excusa porque si no tienes tiempo de hacer un blog no lo hagas y punto, pero si lo haces, debes distribuir el tiempo de tal forma que no todo se te vaya en la creación de contenidos y otras tareas y te quede el suficiente para, como mínimo, dedicar un par de palabras de respuesta a todos los comentarios que buenamente puedas, entre otras razones por la nada desdeñable de que no hacerlo es tirar piedras contra tu propio tejado. No tiene sentido tratar de gustar y al mismo tiempo dar la impresión de que desprecias a quienes te leen.
Gracias por molestarte en no dar la callada por respuesta tú también. Pero por favor, no gastes tiempo en responder a este comentario también, o te quedarás sin fuerzas para responder al siguiente, si es que lo hay, que supongo que lo habrá. Hasta la próxima, pues.
Para mí, responder nunca es perder fuerzas, son otras cosas las que me restan fuerzas. Es más, desde que empecé mi blog (que era de dominio propio (Liviadeandres.com) y con muchos más comentarios, más vivo y con muchos seguidores, hasta que «alguien», me robó el dominio todos mis seguidores sabían que yo jamás he dejado de contestar.
De todas formas, lo que me importa y hace feliz, es escribir.
Gracias por tu contribución y espero que sigamos viéndonos por aquí.
Un saludo,
Livia